TOC Y PERSONALIDAD OBSESIVA

Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
La característica esencial de este trastorno es la presencia de pensamientos obsesivos o actos compulsivos recurrentes.
Los pensamientos obsesivos son ideas, imágenes o impulsos mentales que irrumpen una y otra vez en la actividad mental del individuo, y siempre de la misma manera. Suelen ser siempre desagradables (por su contenido violento u obsceno, o simplemente porque son percibidos como carentes de sentido) y el que los padece suele intentar, por lo general sin éxito, resistirse a ellos. Son, sin embargo, percibidos como pensamientos propios, a pesar de que son involuntarios y a menudo repulsivos.
Las compulsiones o rituales son formas de conducta estereotipadas que se repiten una y otra vez. No son por sí mismos placenteros, ni dan lugar a actividades útiles por sí mismas. Para el enfermo tienen la función de prevenir que tenga lugar algún hecho objetivamente improbable, como sufrir daño o causar daño a otros. A menudo, aunque no siempre, este comportamiento es reconocido por el enfermo como carente de sentido o de eficacia, y hace reiterados intentos para resistirse a él.
Las personas con trastornos obsesivo-compulsivos tienen a menudo síntomas depresivos y una personalidad obsesiva o anancástica de base.
¿Cuál es la terapia más avalada para el TOC?
La terapia cognitivo-conductual es la que más evidencias dispone sobre su efectividad en el TOC.
Enseñar a la persona a identificar sus obsesiones y los rituales que las acompañan sería la primera parte del tratamiento.
Posteriormente, se entrenan estrategias que permitan estar en contacto con la obsesión sin necesidad de llevar a cabo la compulsión.
Generalmente, junto con el TOC se dan otras manifestaciones de salud mental como el estado de ánimo deprimido que también serán objeto del tratamiento.
Personalidad Obsesiva o Anancástica
Las personas con estos rasgos de personalidad se preocupan por el orden, el perfeccionismo y el control. Estas son algunas de las formas en las que se manifiesta:
- Se preocupa por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización u horarios, hasta el punto de que descuida el objetivo principal de la actividad.
- Muestra un perfeccionismo que interfiere con la terminación de las tareas (e.g. es incapaz de completar un proyecto porque no se cumplen sus propios estándares demasiado estrictos).
- Muestra una dedicación excesiva al trabajo y la productividad que excluye las actividades de ocio y las amistades (que no se explica por una necesidad económica manifiesta).
- Es demasiado consciente, escrupuloso e inflexible en materia de moralidad, ética o valores (que no se explica por una identificación cultural o religiosa).
- Es incapaz de deshacerse de objetos deteriorados o inútiles, aunque no tengan un valor sentimental.
- Está poco dispuesto a delegar tareas o trabajo a menos que los demás se sometan exactamente a su manera de hacer las cosas.
- Es avaro hacia sí mismo y hacia los demás; considera el dinero como algo que se ha de acumular para catástrofes futuras.
- Muestra rigidez y obstinación.
- Falta de decisión, dudas y precauciones excesivas, que reflejan una profunda inseguridad personal.
- Pedantería y convencionalismo con una capacidad limitada para expresar emociones.
- Insistencia poco razonable en que los demás se sometan a la propia rutina y resistencia también poco razonable a dejar a los demás hacer lo que tienen que hacer.
¿Cómo es el tratamiento psicológico de la personalidad obsesiva?
Teniendo en cuenta que un perfil de personalidad se manifiesta en una forma de pensar, sentir y actuar determinada, en primer lugar se hace un análisis de este patrón.
Se seleccionan los pensamientos, emociones y conductas que mayor malestar provoquen a la persona y/o que más interfieran con su vida laboral, familiar y social.
A partir de aquí, y dependiendo de cada caso, tanto desde el enfoque cognitivo- conductual como desde el EMDR, se entrenan y aplican las estrategias más adecuadas.