Ya están aquí las esperadas vacaciones
Llega el verano y con él las vacaciones, el tiempo libre y la necesidad de hacer todas aquellas cosas que no tienes tiempo de hacer el resto del año. También aparece cierta presión a ocupar el tiempo y a hacer muchos planes que reflejen que lo hemos aprovechado al máximo.
¡Espera un momento! ¡Esto produce estrés sólo con pensarlo! Es tiempo de descanso, no tiene sentido cargarse con mil actividades y planes que nos hagan sentir cierto agobio. El tiempo para descansar es igual o más importante que el tiempo activado y aprovechado.
Nuestro cuerpo, pero quizá más nuestra mente, necesita parar y dejar de vivir con horarios fijos y rígidos, descargarse de tareas y poder dejar la mente sólo ocupada en actividades que disfrutamos y que nos hacen sentir bien.
Desconecta y recárgate
Las tareas más sencillas suelen ser las que descansan más la mente, las que no necesitan de mucha preparación ni planificación, como puede ser leer un libro, darse un baño refrescante, tomarse un helado, comer en una terraza con vistas, ver el atardecer, pasear sin rumbo, estar tumbado escuchando el sonido de los pájaros o las olas del mar.
Si a todo esto le añadimos la buena compañía de amigos o familia, tenemos la receta perfecta para disfrutar del verano, reponer fuerzas, desconectar, descansar y sobre todo… disfrutar del bienestar que se encuentra en las pequeñas cosas de nuestro día a día. Cosas fáciles, sencillas y sobre todo accesibles, no necesitamos grandes viajes, festivales o experiencias potentes, necesitamos volver a la calma y reconectar, mirando alrededor y escogiendo esas actividades que tenemos al alcance de la mano y que nos pueden llegar a hacer sentir plenos.
Disfruta del tiempo con tus hijos
Si además tienes hijos, más que nunca intenta no hacer demasiadas cosas que exijan mucha planificación, los niños también necesitan salir de esos horarios tan rígidos en los que nos instauramos durante el período escolar, y vivir un poquito sobre la marcha. Si nos ven tranquilos y simplemente disfrutando de los momentos juntos es más fácil que crezcan valorando la riqueza del tiempo en familia, con amigos, de los juegos improvisados y el tiempo “perdido” además de enseñarles que las rutinas son importantes y necesarias pero que también hay momentos y espacios para ser más flexibles y dejarnos llevar.
